jueves, 1 de agosto de 2013

La cárcel de Ramírez. Miguel Ángel Ramírez

Francisco J. Chavanel

1.- Pendiente de la gracia del indulto Si el presidente de Ralons y de la Unión Deportiva Las Palmas, Miguel Ángel Ramírez, hubiera dado por buenas las conclusiones del juzgado de lo Penal que lo condenó a tres años de cárcel en 2010, hoy estaría pendiente de la gracia de un indulto a cargo de un gobierno salpicado por la sospecha a causa del caso Bárcenas, del que nadie sabe lo que durará pese a estar soportado por una mayoría absoluta que, sin embargo, no es suficiente para una opinión pública decepcionada con el comportamiento de Rajoy y de sus inmediatos colaboradores. Un indulto no es sencillo. Ni habitando José Manuel Soria en el Ejecutivo, ni contando con el apoyo del ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón. Si lo fuera ya habría sido concedido. Hay unos cuantos señores que deseaban que Ramírez cayese en esa trampa, que el indulto fuese arrastrado por la corriente por la que navegan los políticos cobardes, y que fuera ingresado en prisión cualquier día de éstos. A esos tipos les da igual que Ramírez sea culpable o inocente. Lo que cuenta es retirarle de la circulación, hacerle volver al agujero social de donde salió. Algunos son enemigos que Ramírez se ha ganado en buena lid por su excesiva competitividad; otros son los de siempre, la cuota que cualquier ser humano de prestigio debe tener para ser algo verdaderamente distinguible. Lo cierto es que recurrió a la Sala de lo Contencioso buscando otra mirada sobre su drama. La primera vez no atendieron sus razones. La segunda, cuando ya no cabe apelación, introduce la llave en la puerta de la «redención». Bajo mi punto de vista el fallo es justo. Si Ramírez hubiese ido a la cárcel por construir una pajarera, una pérgola, un caminito y una valla en un paraje natural, me los habría cortado. Habría visitado todos los porches del «nonismo», me hubiese arrodillado delante de sus profetas, y les habría arrojado diez kilos de arena sobre sus ojos ciegos. Hay leyes que sólo tienen una función: eliminar a quien no te agrada. A eso me refiero. Por mucho que apliquemos lógicas leguleyas lo sucedido nos indica que jamás hubo un equilibrio entre el supuesto daño causado a un monte pelado, abandonado a su suerte, y que en sí mismo constituye todo un mito a la fealdad, y un castigo aterrador, asombroso, digno de un criminal. Si alguien quiso dejar bien claro que Ramírez no puede salirse siempre con la suya, lo consiguió. Le paró los pies. Si aprovechó la cuestión para atemorizarle, darle una lección ejemplar e inolvidable, felicidades, pues es obvio que el reo apenas ha respirado en este tiempo. Su crédito ha estado en entredicho, su dignidad casi en el subsuelo, su prestigio en una danza peligrosa sobre el abismo. La cárcel, ahí, esperando, en las angustiosas noches de un proceso denigrante. Si sus empresas no se han ido al garete es casi un milagro. Y no se han ido porque, en el fondo, todos sabíamos que es inaceptable que un ciudadano vaya a la cárcel por construir un muro -que es el que sostiene parte del barranco, hasta el punto de que la propia sentencia penal obliga a mantenerlo para evitar desprendimientos- y tres chorradas absurdas, que como mucho merecerían una sanción económica, todo lo dura que el tribunal quiera, y poco más.
 
2.- La pajarera, el muro, la pérgola…, y Jaume Matas Pero, claro, la Justicia es una cuestión de perspectivas, y en este país más. Al ex presidente de la comunidad balear, Jaume Matas, lo condenaron de entrada a seis años de cárcel por delitos emparentados con la prevaricación, malversación de fondos públicos y tráfico de influencias. Eso sí que son delitos serios, que van directamente contra los intereses de los ciudadanos, responsables públicos que usurpan la confianza del electorado para robar, estafar y delinquir. Sin embargo, Matas, gana parcialmente su recurso en el Supremo, considerando la Sala que es inocente de los delitos de prevaricación y malversación, y culpable del de tráfico de influencias. La pena es rebajada sustancialmente: de seis años de cárcel a seis meses, que no tendrá que cumplir al carecer de antecedentes. La sentencia hay que leérsela. Causa estremecimiento y risa al mismo tiempo comprobar cómo los doctores de la ley utilizan toda su inteligencia, que es mucha, para orillar los delitos primeros y dejar al culpable Matas en calzoncillos menores aunque sin sanción efectiva. ¿Un político en estos tiempos en la cárcel?... Ni hablar; ni políticos ni banqueros. Uno solo que fuera serviría para justificar el estigma popular que hace culpables a ambas castas del colosal fraude que sufre el país. Y si va un banquero será por casualidad. O porque el juez que tomó la decisión raya en el desquiciamiento mental… Cuando uno acaba de leer la pieza judicial uno ya no tiene duda alguna de que Matas es un prevaricador y un malversador, y que sólo actuando de esta forma pudo cometer el delito de tráfico de influencias. Si uno compara el castigo de Matas, el cual se merendó una preciosa comisión por serle útil a quien «compró» sus servicios, con la de Ramírez en el plano penal, es para echarse a temblar.
 
3.- Frenar al temible ‘señor de las pajareras’ La sentencia que avala el comportamiento legal de Ramírez es muy sencilla de entender. El tribunal de lo penal patinó al aplicar una ley equivocada. El presidente de la Unión Deportiva Las Palmas solicitó la calificación territorial sobre su finca, La Milagrosa, al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria en julio de 2006. Vigilaban ese paraje dos leyes: el plan insular dependiente del Cabildo (entonces su presidente era Soria), y el citado plan general de Las Palmas de Gran Canaria. No obstante la Sala entendió que no debía aplicarse ninguna de las dos leyes sino una tercera que entraría en vigor dos meses después (28 de septiembre de 2006), que atendía al nombre de Plan Especial del Paisaje Protegido de Pino Santo. Para el Ayuntamiento capitalino todos los elementos de la construcción eran legales. Para el Cabildo no. Ambas instituciones, en manos del PP en la época, entran en confrontación, y es el Cabildo el que denuncia a Ramírez amparándose en la nueva ley de Pino Santo. Es obvio que penetramos en territorio «nonista», en el de las venganzas particulares. Tres leyes distintas del territorio para dictaminar lo que debe construirse o no gravitando sobre una zona minúscula. Puede que a algún «nonista» le parezca poco. Igual sería necesario desarrollar otro Plan Especial de Paisaje Protegido para la Finca La Milagrosa; otra para el barranco que la circunda; y otra más sobre los transeúntes que pasean la zona y que, a veces, sin percatarse, por falta de sensibilidad sin duda, pisotean los matorrales y las malas hierbas endémicas, malas malísimas pero nuestras al fin y al cabo, y que por ello hay que cuidarlas para que la belleza horripilante de lo salvaje se muestre con su bruta deformidad. De modo que los juristas le aplicaron a Ramírez una ley que aún no existía cuando empezó todo el trámite de los papeleos. Y le metieron tres años de cárcel para que no fuera por ahí construyendo muros, pajareras, pérgolas y caminitos, que tanto fastidian la vista de los que aman la naturaleza carcomida por las «bellas» casas procedentes de la autoconstrucción, por las vallas atadas con «verguillas», por las lavadoras posando su antigüedad en una calva del monte, por los coches ferrujientos que fueron abandonados donde pacen las vacas, por la cantidad de disparates que contra lo natural efectúan sus principales usuarios: los campesinos. ¿Alguien no se ha conmovido al observar un televisor del año de la pera, oxidado y con la pantalla rota, durmiendo al lado de un pino?
 
4.- El nonismo «imputa» a su héroe, Faustino García Márquez La coña nonista no tiene límites. Cinco insignes nonistas denunciaron en su día al empresario lanzaroteño Juan Francisco Rosa por cometer un presunto delito ecológico cuando construyó su extraordinaria bodega Stratus, himno a una arquitectura modélica donde nace el vino que es el mejor de este Archipiélago, de los más sólidos de España. La justicia tiene su particular manera de agradecérselo: por dos veces una tropa de diez personas, entre jueces, fiscales, funcionarios y peritos, tomaron la bodega como tomó Hacienda el restaurante de Sergi Arola, con el objeto de realizar mediciones y distintas prospecciones, algunas tan complejas y surrealistas como las petrolíferas de Repsol. Si había público, poco les importó; si la imagen fue una lamentable anticampaña de publicidad contra quien alimenta la buena imagen de Lanzarote, les dio lo mismo… Van como motos. Así se les está cayendo a pedacitos el caso Unión. Por sus errores están dejando escapar a unos cuantos mamíferos engordados en la corrupción. El colmo de los colmos es que en el caso Stratus aparece imputado el jefe intelectual del nonismo en Canarias, Faustino García Márquez, el hombre que urdió con brillantez leyes y leyes para preservar el territorio de los otros y dejarlo iluminado exclusivamente a los ventanilleros suyos. Fue García Márquez el que le concedió el permiso a Rosa desde el Gobierno, y si García Márquez lo hizo es porque no hay duda alguna de que decidió lo correcto. Es nonista pero honrado e íntegro como pocos. Los nonistas son de izquierdas y Rosa es de derechas. Eso es todo, Hay que debilitarlo para que no financie a sus enemigos políticos. Y si cae su admirado ídolo García Márquez pues que se fastidie, que no fuera tan justo con quien ellos odian con pasión enfermiza. Miguel Ángel Ramírez podrá recurrir al artículo 954 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que señala que habrá lugar a la revisión de sentencias firmes cuando tras estas «sobrevenga el conocimiento de nuevos hechos o nuevos elementos de prueba que evidencien la inocencia del acusado». Es de suponer que no habrá obstáculos innecesarios en el trayecto pero es imposible garantizarlo. Por mi parte me dispongo a construir una pajarera en un chamizo de Fagagesto. Necesito saber qué planes de protección actúan ahí. Cuántos son. De qué años. Si hay previsto alguno más en un futuro cercano. Si preciso de un gps, de diez abogados, de un ataúd, de un reloj que me avise cuando vaya por el camino equivocado, de un cura, de dinero para apaciguar a los comisionistas, si los pájaros que introduciré disponen de permiso para cantar o han de ser mudos… Estoy en vilo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario